EL PAIS GRIS
La Organización de Cooperación y desarrollo (OCDE), que reúne a los países más ricos del planeta, estableció desde hace algunos años, una lista de países que según su criterio, no colaboran en el intercambio de información sobre materia fiscal.
En particular el denominado Foro mundial para la transparencia impositiva e intercambio de información incluyó a Uruguay en una especie de “lista gris”, compartiendo con Antigua y Barbuda, Bahrein, Lichtenstejn, Panamá Trinidad y Tobago, Vanuatu, el dudoso “privilegio“ de ser considerados países no cooperantes en el combate a la evasión fiscal, por no tener convenios de intercambio de información con naciones relevantes, y por la existencia de sociedades con acciones al portador.i
Las políticas de incentivo a la creación de enclaves financieros, con impunidad para los grandes capitales, de moda en las décadas pasadas fue revirtiendo en la medida que se acentúa la crisis mundial y que la ayuda masiva de los gobiernos centrales de las grandes potencias a los sistemas financieros, fue requiriendo mayores controles sobre los flujos de capital y la evasión fiscal.
En la cumbre del grupo de los veinte (G20) que nuclea además de las potencias europeas, a Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y a países emergentes realizada a mediados del 2011 en la ciudad francesa de Cannes el tema volvió al tapete con las críticas declaraciones del presidente francés Nicolás Sarcozy a los que denominó paraísos fiscales.
Posiblemente el presidente de Francia cuando lanzó su diatriba contra los países de la lista “gris” estuviera cuestionando particularmente a los enclaves europeos, como Suiza o Liechtenstejn, y su gesto fuera para la tribuna francesa, golpeada por una suba general de tributos y pérdida de derechos sociales en momentos cercanos a las elecciones. De todas maneras su mención a Uruguay, y la visita de un representante del Foro Mundial de transparencia fiscal a finales del 2011ii, pauta la necesidad de una rediscusión sobre los alcances y limitaciones de las estrategias implementadas en Uruguay desde mediados de los setenta y continuadas sin fisuras por los diferentes gobiernos posteriores a la dictadura.
Al este del paraíso.
Más allá de la intrascendente discusión sobre la etiqueta de paraísos fiscales, una realidad uruguaya de zonas francas, secreto bancario, sociedades por acciones anónimas, secreto tributario, puerto franco, generan condiciones que parecen facilitar el ingreso de todo tipo de capitales incluyendo obviamente a quienes procuran evadir impuestos en sus países de origen o “blanquear “ ingresos de origen innominado.
La plaza financiera y centro importador se sustentan en una fantasía de “peso fuerte” o “dólar barato” que se sostiene mediante la promoción del ingreso de divisas vía venta de activos (tierras, empresas) y el ingreso de capitales especulativos atraídos por las elevadas tasas de interés medidas en dólares que paga Uruguay. Esto implica que además de la pérdida de patrimonio, la deuda pública se eleva a niveles sumamente peligrosos. En particular las pérdidas del Banco Central del Uruguay que cobra intereses mínimos por sus reservas invertidas en la Banca transnacional y paga elevadas sumas por obtener créditos se convierten en deuda pública creciente cuyos interese recaen sobre los bolsillos de los uruguayos.
Si bien el ciclo de auge desde mediados de la primera década de los dos mil, hizo renacer el optimismo en las supuestas virtudes de estos esquemas de funcionamiento, la fragilidad de sus cimientos se torna cada vez más notoria.
La emisión sistemática de títulos de deuda pública en moneda nacional con elevadísimas tasas de interés en la comparación internacional, como mecanismo para quitar pesos del mercado y evitar así la presión compradora sobre el dólar, presenta límites fiscales, comerciales y productivos.
En el plano fiscal, la elevación de las tasas de interés de referencia (que pasó del 8% al 8.75 en diciembre del 2011) por parte de las autoridades monetarias, para promover ventas de dólares y “pesificación” de la deuda, del Estado incrementa su volumen y genera enormes gastos en términos de intereses a pagar por el Banco Central que ha requerido transferencias financieras del gobierno central . Además la continuidad de estos mecanismos para “fortalecer” artificialmente el peso son inviables en una economía tan abierta como la uruguaya especialmente si en el mediano plazo continúa el proceso de descenso de las tasas de interés de referencia en Brasil y el real se deprecia frente al dólar.
En el plano comercial y en este contexto de apertura prácticamente indiscriminada que aplica Uruguay el subsidio implícito a las importaciones que significan estas políticas se traduce en saldos comerciales crecientemente deficitarios, pese a la vigencia de precios internacionales excepcionales para productos que exporta Uruguay (cereales y carne),
Las políticas de venta de tierras y demás recursos naturales, de endeudamiento privado y público y de inflación en dólares canalizan los recursos hacia áreas especulativas comerciales y financieras y en términos estratégicos son contradictorios con un proyecto productivo.
Sube la marea.
Sobre este escenario las olas de la crisis mundial parecen elevarse. Brasil baja su tasa de interés de referencia debilitando el real y quitando competitividad a productos locales frente al mercado norteño. Europa, Estados Unidos China Brasil, Argentina, toman medidas para proteger sus sectores productivos y en consecuencia diversos sectores exportadores comienzan a tener dificultades para vender sus productos a precios rentables.
Las encuestas de expectativas y los indicadores adelantados de producción de los sectores industriales vienen registrando un franco descenso en los últimos meses iii Hasta el Instituto nacional de Estadísticas comienza a registrar los descensos en el volumen físico industrialiv
Los beneficiarios del modelo vigente procuran crear chivos expiatorios en la vecina orilla para justificar el creciente deterioro productivo local. Las crisis de los inicios de los ochenta y de fines de los noventa y el riesgo creciente que la película vuelva a repetirse, demuestran que las causas son más profundas y hacen al propio esquema de funcionamiento.
i Al respecto se puede ver un reciente reportaje al jefe de la División del Foro Global, Pascal Saint Amans, realizado por Marcela Dobal y publicado en el diario el País, en el que se reiteran las razones por las que Uruguay no logró superar el proceso de revisión del organismo.
iiEl mencionado Pascal Saint Amans.
iii Los datos de la Cámara de industrias del Uruguay son ilustrativos al respecto.
ivA enero 2012 (último dato del INE),se registró un descenso del 15% respecto a enero del año anterior. Si bien el cierre de la planta de ANCAP distorciona los datos el índice “sin refinería” también registra las tendencia al estancamiento.