LIMITES DEL ATRASO DEL TIPO DE CAMBIO, PRODUCCIÓN Y PRECIOS.
Se extiende el reconocimiento del retraso de la cotización del dólar en Uruguay respecto a los precios de bienes de consumo.
El concepto es siempre discutible, ya que depende del punto de comparación. Sin embargo es notorio que los precios medidos en dólares en Uruguay se encuentran por encima de la mayor parte de los países latinoamericanos y su incremento se acentúa en los comienzos del 2018.
En una economía exportadora de productos primarios, absolutamente abierta, cuyos mercados locales son controlados por poderosos grupos económicos las emisiones de letras de regulación monetaria del BCU tendientes a reducir la cotización de la divisa implican enormes dificultades productivas que se visualizan especialmente en la reducción de fuentes de trabajo.
La historia demuestra además diversos límites a este tipo de estrategias.
Limites económicos.
Los sectores volcados al mercado interno soportan mayor competencia de productos importados subsidiados de hecho por el Banco Central del Uruguayi mediante emisiones constantes de deuda pública en pesos evitando que moneda local se vuelque a la compra de dólares y aumente su cotización.
En momentos de fuerte endeudamiento privado y gran concentración de riquezas tienden a disminuir las ventas locales. Las cadenas exportadoras pierden capacidad de competencia en mercados internacionales y se reducen sus ingresos en moneda nacional por el retraso del tipo de cambio. Estos factores afectan negativamente la actividad económica
Límites financieros y fiscales.
Más allá de declaraciones oficialistas pretendiendo negar su apuesta al atraso del tipo de cambio los datos son contundentes. La emisión de deuda pública en pesos se acelera procurando atraer dólares para evitar su suba, .ii Los intereses ofrecidos medidos en dólares son muy elevados y el saldo de las reservas del BCU respecto al tercer trimestre de 2015 muestran que han sido mayores sus ventas y pagos en dólares que las compras.iii
Estamos absolutamente convencidos que si cesara la emisión de deuda publica durante un período razonable el dólar se dispararía al alza. Para evitarlo el BCU recurre a un enorme costoiv que se torna progresivamente más oneroso para las finanzas públicas.
En síntesis el “costo país” de los intereses de deuda y los regalos al gran capital golpea los presupuestos y puede llegar a tornar inviable la continuidad de estas políticas.
Límites sociales y políticos.
En fases de descenso de precios internacionales de los productos primos que exporta Uruguay la presión de los sectores volcados al mercado exterior se hace más fuerte acentuando contradicciones sociales y políticas incluso al interior de los grupos dominantes.
En ese contexto las expectativas de los especuladores financieros que hoy están apostando a comprar deuda en pesos pueden variar de signo y presionar al alza la evolución futura del tipo de cambio.
Límites externos.
Las calesitas financieras que promueven los grandes banqueros y la inestabilidad de las paridades monetarias generan enormes fluctuaciones de las cotizaciones de las monedas a nivel mundial y regional. Las dimensiones del mercado uruguayo determinan una enorme vulnerabilidad al respecto.
La debilidad del dólar ante el euro y ahora en Brasil compensa la reciente evolución al alza del dólar en Argentina. Sin embargo todo puede pasar en los casinos financieros.
En la cornisa.
La cotización del dólar en Uruguay camina por la cornisa. Los límites mencionados pautan la posibilidad que su conjunción determinaría la tendencia a su incremento. La política monetaria local y el contexto regional puede determinar si se dará un salto o una evolución gradual.
Nuevamente el neoliberalismo local se encuentra en un dilema de hierro. La continuidad de la “tablita travestida” significará mayor desocupación e incluso recesión. Su ruptura significaría mayor capacidad de competencia frente al exterior pero desataría aumentos de precios en pesos de bienes de consumo. El neoliberalismo en todas sus variantes es negativo para los pueblos.
El uso de mecanismos compensatorios podría atenuar el impacto sobre los precios de bienes de la canasta familiar. A título de ejemplo la presencia del estado o gobiernos departamentales en su comercialización, subsidios a bienes esenciales, tipos de cambio diferenciales según su uso. Alternativas que están lejos de las intensiones de la conducción económica.
Estas películas ya las vimos con diferentes actores. Sus consecuencias son previsibles. En este marco de política económica, el festín consumista de los poderosos lo paga el pueblo.
GOTITAS DE ECONOMÍA
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El BCU acelera la emisión de letras de regulación monetaria en pesos incentivando a los inversores a vender dólares en el mercado para prestarle al Estado moneda local. En consecuencia desciende la cotización del billete verde promoviendo con ello retraso del tipo de cambio frente a otros precios y subsidiando así de hecho importaciones de manera indiscriminada.
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Ancap abre licitación para transporte de combustible desde La Teja al litoral del país. El proceso privatizador continúa en todas las áreas.
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El secretario del Tesoro de Estados Unidos Steven Mnuchin declaró que recibe con beneplácito la debilidad del dólar para incentivar la competitividad. El representante francés en el Banco Central europeo comentó que lo que menos necesita el mundo es una guerra de divisas.
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Argentina redujo la tasa de interés a 27.25% marcando de hecho la voluntad de flexibilizar el uso de del tipo de cambio como ancla para el IPC. La medida impulsa al alza la cotización del dólar en dicho país.
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El congreso de Estados Unidos asignó 700.000 millones de dólares a las fuerzas militares. El instituto de estudios estratégicos de londres evalúa que el el gasto militar del mencionado país representa el 38.3% del total mundial.
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La organización humanitaria Oxfam reporta que ocho empresarios concentran tanta riqueza como la mitad de la población mundial.
iAl abaratar artificialmente el dólar abarata el costo de las importaciones.
iiEn un solo año la deuda pública se incremento en aproximadamente en 4000 millones de dólares, la mayor parte en moneda local incentivando mayor oferta de dólares y demanda de pesos para comprar bonos del Estado promoviendo la baja del precio del billete verde. Al quitar pesos del mercado también disminuye la demanda de la divisa.
iiiPese al enorme aumento de la deuda pública, las reservas que contabiliza el BCU eran de 17352 millones de de dólares en el tercer trimestre de 2015 y cayeron a 15521 en finales del 2017. En ellas incluyen los encajes bancarios que no constituyen reservas reales del BCU. Sin ellos su magnitud es de 6518. De todas maneras cuentan la mitad de la historia y dicen que compran dólares para evitar que descienda.
ivSe endeuda a tasas del 8% o más medidas en dólares y eventualmente cuando se le va la mano, las transforma en reservas por las que cobra una miseria.