Segunda quincena, marzo 2020
DÓLAR, TARIFAS E INFLACIÓN.
El desgaste del Encuentro Progresista, que en sus gobiernos, olvidó su pasado de izquierda y aplicó las recetas del Consenso de Washington, desbrozó el camino para la asunción del gobierno del Dr Luis Lacalle Pou, como abanderado del neo liberalismo más crudo.
Más allá de versos teóricos el objetivo real de la reducción del gasto público, de salarios reales y de propuestas privatizadoras, es la transferencia de ingresos desde los sectores populares para asegurar a los acreedores el cobro de sus créditos e intereses frente al Estado.
El costo de prebendas al capital requiere periódicos ajustes fiscales contra los trabajadores y el pueblo.
Agarrate Catalina.
Era previsible que las “fuerzas de mercado” empujarían el precio del billete verde al alza, en el marco de estrategias de impunidad financiera. A eso se suman incrementos de tarifas de entes del Estado y aumentos encubiertos del IVA, reduciendo descuentos por el uso de tarjetas de débito y crédito.
La evolución ascendente del dólar y de las tarifas públicas, impulsan incrementos de precios de bienes de consumo augurando que los niveles de inflación del 2020 superaran largamente las pautas salariales instrumentadas desde el gobierno “progresista” que serán reafirmadas por los “multicolores” consolidando la fuerte reducción de capacidad de compra de los trabajadores.
Otro de los pilares de la agresión económica contra los sectores populares es la disminución de gastos del sector público, generando mayor desempleo y menor calidad de servicios.
Rendición de cuentas, presupuesto, reforma de la seguridad social, conforman un trípode para liberar recursos destinados a satisfacer acreedores y reprimir protestas.
La trasnochada.
El discurso pone énfasis especial en la reducción del empleo público. La propuesta primordial consiste en reponer solamente una de cada tres vacantes.i
No se especifican demasiado los rubros y tampoco existen estudios técnicos por actividad sobre consecuencias en la prestación de los servicios. La prioridad multicolor son los Ministerios del interior y Defensa, difícilmente sea por allí la reducción. Además, servicios de salud, educación, INAU, justicia, servicios veterinarios, entro otros requieren más trabajadores y no menos.
El paquete incluye paralelamente disminución de gastos de funcionamiento e inversiones. Tampoco aquí aparecen pistas claras sobre los ámbitos afectados, ni análisis de consecuencias. Quizás se termine recurriendo a más tercerizaciones y privatizaciones con mayores costos para el Estado y ganancias para intermediarios.
El balance que realizaba Stiglitz sobe este tipo de experiencias en el mundo aparece contundente. “Desplazar gente desde empleos poco productivos en empresas públicas hacia el desempleo no incrementa la renta nacional del país y ciertamente no aumenta el bienestar de los trabajadores.”ii
Un título viejo.
Las consecuencias se harán sentir en el plano social y económico. La demanda interna caerá aún más por la disminución del empleo y del ingreso real de trabajadores y jubilados, ya agobiados por la magnitud de sus deudas.
Datos de estudios de mercado de crédito por empresas orientadas a sectores populares, revelan que más del 80% de sus clientes potenciales tenían deudas pendientes con un promedio de más de 2 tarjetas de crédito por usuario. Sus cuotas además representan el 30% del ingreso mensual.
En este escenario la mayor contracción de la demanda y el consumo agravarán los problemas de las actividades volcadas al mercado interno, afectando incluso más hondamente la recaudación fiscal, que recae esencialmente sobre las ventas y salarios.
Por su parte las perspectivas de crecimiento “hacia afuera” aparecen acotadas por problemas estructurales y extranjerización del agro y las cadenas productivas derivadas. A ello se agregan signos de interrogación sobre la demanda de los mercados mundiales ampliados por crisis bursátiles y casinos especulativos.
La gran muñeca.
Las principales inversiones públicas, en curso están orientadas a satisfacer a UPM.
En particular red ferroviaria, puerto, caminos, viaductos constituyen la apuesta a la posible instalación de la segunda planta de celulosa.
Las obras de infraestructura pueden inducir un relativo impacto productivo que quizás si se complementa con la construcción de la planta fabril, en zona franca, pueden significar otra “estrella fugaz” en las perspectivas de crecimiento económico. Las consecuencias de mediano y largo plazo serán negativas.
El costo recaerá sobre la población mediante deudas ocultas detrás de contratos de participación público- privados.
La consolidación de mayores zonas de plantaciones de eucaliptus desplazarán actividades con mayor potencial de desarrollo. La fase de construcción de la fábrica se agotará aceleradamente y los frutos del incremento de la producción serán apropiados desde el exterior. El tren de UPM sera un atentado permanente contra el buen vivir de poblaciones afectadas por una secuencia de desplazamiento de celulosa y productos químicos que hará inviable el transporte de pasajeros y de otros productos.
Subordinación, concentración, extranjerización de riquezas, costos para el pueblo. Más de lo mismo.
GOTITAS DE ECONOMÍA
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Las promesas multicolores de no incrementar tarifas públicas, quedaron en palabras que se llevó el viento. Agua potable 10.7%, energía eléctrica 10.5% , Antel 9.87%. Ajuste fiscal, en la pista.
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La anemia del mercado laboral continúa. Datos oficiales ubican la tasa de empleo en 57.5% para enero del 2020, levemente inferior a la de 2019 que fue de 57.6% con una gráfica en descenso.
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El INE registra que el índice de volumen físico de la industria en enero 2020 cayó un 3% en relación al miso mes del año anterior. Las horas trabajadas disminuyeron 7%.
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La encuesta de expectativas económicas que realiza el BCU entre sus referentes, en el informe de diciembre de 2019 auguraban en promedio un precio del dólar de 39.3 para mayo del 2020 y de 41.18 para diciembre. Optimistas los economistas oficialistas.
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El dólar en Uruguay se incrementó algo más de 16% durante 2019, a fines de ese año se cotizó a 37.6 pasando en mediados de marzo a superar los $ 43 pese a la emisión de títulos de deuda y la venta de dólares por parte del BCU que aumentan la oferta en el corto plazo. ¿El país de las tablitas rotas?
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El dólar en Brasil ha aumentado su precio desde un entorno de 4 reales por dólar a 4.7 en pocos días. La especulación financiera desatada. El gobierno Bolsonaro se parece mucho al de Macri.
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Las bolsas de valores del mundo se agitan. Bajan, suben, al igual que precios de materias primas. ¿Culpa solamente de la gripe? ¿o también del funcionamiento capitalista mundial incluyendo los casinos financieros?
iEl EP, proponía reponer dos de cada tres.
ii El Malestar en la globalización. J. Stiglitz. p. 129-