Elaborar el presupuesto de un país implica prever su evolución económica y particularmente determinar las fuentes de los ingresos del Estado y su utilización.
Su implementación influye notoriamente sobre la actividad económica y la sociedad.
Constituye una herramienta trascendental de política económica, ya que define no solamente la magnitud del gasto público y sus fuentes de ingresos, sino esencialmente su estructura, influyendo notoriamente sobre la actividad económica en su conjunto.
Las prioridades de las conducciones económicas van signando sobre quienes recaen los impuestos y hacia donde son dirigidos los recursos.
En función de lo expuesto se va construyendo un verdadero “mapa” que refleja cuales son los sectores privilegiados y quienes son perjudicados en el marco del patrón de acumulación capitalista dominante en cada caso.
En Uruguay, los ingresos del gobierno central recaen esencialmente sobre el consumo interno mediante el IVA y el IMESI.
En la medida que los trabajadores no poseen capacidad de ahorro y deben destinar generalmente todo su salario a satisfacer sus necesidades, son en definitiva los más castigados por este tipo de tributos.
A ello debe agregarse el denominado impuesto a la renta que grava salarios y el IASS que recae sobre jubilaciones. Los entes públicos también pagan impuesto a la renta que en definitiva termina financiado mediante tarifas.
Como contrapartida los grandes Bancos, capitales transnacionales, el gran latifundio, aportan mínimamente, respecto a su capacidad contributiva o gozan de las más diversas exoneraciones mediante zonas francas, declaraciones de interés nacional o dibujos similares.
Sobre estas bases ingresa a la DGI la denominada recaudación bruta a la que se le resta la denominada devolución de impuestos- verdadero subsidio a grandes exportadores- que se aproxima al 12% de los ingresos. Es decir que de cada 100 pesos recaudados quedan aproximadamente $ 87.5
Se conforma así la denominada recaudación neta con la que se financian los egresos primarios del Gobierno Central y BPS cuya magnitud representa poco más del 25% del PBI.
Respecto al uso de los recursos cerca de un 55% corresponde a transferencias incluyendo las referidas al BPS en las cuales se incluye la rentabilidad de las AFAP, un 15% está constituido por gastos no personales, algo más de 10% son intereses de deuda y un rango cercano a 20% son los salarios públicos, generalmente responsabilizados por los relatos neoliberales como culpables de los déficit.
La visión conjunta de ingresos y gastos permite ver la preeminencia de los grandes grupos transnacionales instalados en el país y del sistema financiero. No solamente su aporte a las finanzas del Estado es irrelevante, sino que gran parte de los gastos son en su directo beneficio.
El gran latifundio es otro de los favorecidos por el esquema presupuestal. Su aporte a las finanzas es muy inferior a su capacidad económica.
GOTITAS DE ECONOMÍA
- El ajuste de los salarios mínimos fue del 6%. Llegando a $ 23.604.
- El incremento del IPC en el año 2024 según las cifras oficiales fue del 5.5%. La supuesta recuperación del poder de compra fue del 0.4% aproximadamente.
- El balance del turismo receptivo se mide esencialmente mediante 3 variables. Cantidad de personas ingresadas a un país, días de estadía y gasto por persona. En 2004 ingresaron