Segunda quincena marzo 2019.
EMPLEO, DESEMPLEO Y ESTADÍSTICAS OFICIALES.
Los datos oficiales sobre la evolución del empleo y desempleo en Uruguay surgen esencialmente de la elaboración del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
En general y en este caso particular, ante las dificultades prácticas de censar a grupos grandes de personas se crea una muestra reducida que permita obtener los datos más fácilmente. La calidad de la muestra depende de su mayor o menor similitud con la realidad. Es decir del grado en que reproduzca las características generales de la población a estudiar.
Además y de manera similar a cualquier estadística económica, los valores registrados y las series construidas son “hijos” de otro cúmulo de factores, entre los que podemos destacar las definiciones respecto a que se considera ocupado, inactivo, desocupado, las respuestas de los encuestados, las formas de registrarlos etc.
Aunque parezca ocioso repetirlo, creemos útil reiterar que aunque la muestra fuera perfecta, los datos son simplemente indicadores de la realidad, del mismo modo que un mapa no es el territorio o que el diseño de un casa no es la casa.
Cuando se configura una serie, las comparaciones y conclusiones referidas a la evolución en el tiempo exigen como condición necesaria, para no incurrir en errores gruesos, que se mantengan las definiciones y condiciones generales de la muestra.
Las consideraciones previas creemos que valen también para para evaluar la calidad de las series del INE y en particular las referidas al empleo y desempleo. El grado de confianza en las cifras, interpretación, conclusiones, requieren analizar las bases de su construcción.
El último censo general en Uruguay fue realizado en 2011 y culminó sin lograr obtener datos de parte importante de la población como consecuencia de la imposibilidad de los encuestadores de acceder a diversas zonas del país.
La experiencia dejó al desnudo el desconocimiento de la realidad por parte del ente. El incumplimiento de los plazos previstos, el carácter incompleto de los datos obtenidos fueron claros indicadores de sus carencias.
Parece obvio que el desconocimiento respecto al mapa general de la población, se reproduce con creces en las muestras estadísticas, donde es prácticamente imposible que se llegue a quienes no se censaron en 2011 y en consecuencia los indicadores construidos parecen muy poco confiables.
Respecto a las definiciones, fueron cambiando en el tiempo lo que dificulta las comparaciones. En particular los trabajadores en seguro de paro que históricamente se consideraron desempleados, actualmente se registran como ocupados.
Los que no buscaron trabajo la semana anterior por un método aceptado por el INE se consideran inactivos y no desocupados. Los que trabajaron una hora la semana anterior a la muestra, los que ayudaron un familiar, o hicieron en su casa alguna tarea “para afuera” se consideran ocupados.
La transcripción de parte de los formularios del INE basta para comprender lo difícil que es ser registrado como desocupado. El encuestador pregunta ¿porqué motivo no trabajó la semana pasada? Frente a la respuesta “ por licencia (vacaciones, enfermedad, estudio, etc) (… ) por poco trabajo o mal tiempo (…) por estar en seguro de paro (…) por huelga, estar suspendido, etc. En todo estos casos se registra al encuestado como ocupado.
La conducción económica reitera continuamente que las cifras del INE son incuestionables. Sobre esa base realiza sus interpretaciones y difunde conclusiones.
Por lo expuesto, no me convencen.
GOTITAS DE ECONOMÍA
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Información del INE registra que el IPC en Uruguay durante los dos primeros meses de 2019 creció un 3.17%. Cómo pasa frecuentemente, la sensación es que se quedan cortos.
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Datos de Cepal registran que el 10% de la población uruguaya posee el 50% de los bienes inmuebles y muebles del país. Unos muchos y otros nada y eso no es casualidad, decían viejas estrofas que cantaba Marcos Velázquez.
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El Ministerio de turismo reconoce que los ingresos por turismo receptivo en Uruguay para los dos primeros meses del año cayeron aproximadamente un 28% respecto al año precedente. En especial el descenso fue notorio en visitantes argentinos y en menor medida brasileros.
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Las relaciones de tipo de cambio con Brasil afectaron negativamente además del turismo receptivo las exportaciones orientales de lácteos y arroz con ese destino.
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En Argentina las tasas de interés que reciben quienes prestan dinero al gobierno llegaron a mediados de marzo al 63.6%. El dólar sube y baja en función de las tasas de interés que paga el país por la de la deuda y la especulación financiera se redobla. Si la conducción económica lograra estabilizar la cotización del dólar la ganancia de los inversores en títulos de deuda superarían el 60% en dólares. No se si es récord mundial pero anda cerca.
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Datos oficiales en Argentina registran que la producción industrial en enero descendió 10.8%. La construcción cayó 15.8%. Parece difícil que con esa rentabilidad financiera, y el descenso del consumo se canalicen inversiones a la producción.